Imagen: La Penitencia de Bhagiratha en la ciudad de Mamallapuram.
Ayer teníamos fiesta: San comité de empresa. Esto unido a que Miguel se fue con el chiquisavio a Juvenalia me dio todo el día libre, así que no tuve problemas para sacar tiempo para entrenar. Según fue pasando la mañana el sol fue ganando terreno a la neblina matinal y fue calentando más y a eso de la 1 permitía estar en la calle muy a gusto. Y esa fue la hora en la que salí: objetivo 10 x 1.000.
Después del calentamiento de rigor, unos estiramientos y un par de progresivos me pongo en el 1.000 de Arcentales. Primero, con sensación de comodidad: 3.20. Pero ahí se terminó la historia. El 2º lo empecé pero ya no lo terminé. En cuanto llevaba 200 m. me entró apatía, pocas ganas de sufrir o vete tu a saber qué, el caso es que no lo terminé. Así que contrariado me hice un rodaje hasta los 13 km.
Como penitencia hoy, a la salida del trabajo, me he propuesto unirme a los del Edward que, como buen jueves, estarían haciendo algo de calidad. Y así ha sido. Allí me he encontrado con Serafín, Vicente, Suso, José Ramón y no sé si alguno más. Estaban haciendo cambios: 1' a tope 1' de recuperación al trote, 2 vueltas al parque. Les he pillado en el primer cambio así que me he hecho las dos vueltas con ellos.
Hoy si que he terminado el entrenamiento. De hecho me he retenido el algunos momentos por eso de no forzar demasiado de cara al lunes, San Silvestre. La contrariedad de ayer se ha tornado en buenas sencaciones hoy. Lo de ayer, pues vete tu a saber por qué. Quizás el cuerpo estaba demasiado descansado y en cuanto le pedí un poco de tralla dijo que ni de coña. Hoy, sin embargo, he madrugado, he dormido poco, he estado todo el día en el trabajo, he ido y he vuelto en coche... y, como digo, el cuerpo ha respondido casi al 100%.
¿Por qué?
Lo único que se me ocurre es que Entrenando pasan cosas
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