Menuda semanita que acabo de pasar. El martes cuando llegué al trabajo estaba todavía peleándome con la cena del lunes y viendo que no me hacía con ella tuve que vomitarla. Todo ese día estuve bastante fastidiadillo, sin apetito, apenas si comí y lo hice con pocas ganas.
El miércoles por la mañana me pasó tres cuartos de lo mismo: eché la cena del martes, lo poco que comí. Ese día ni me acerqué a la oficina y trabajé desde casa (es lo que tiene esto de la tecnología y de los dispositivos móviles :-))
A partir del jueves la cosa fue mejorando en el sentido de que ya no echaba lo que comía pero, a cambio, apareció una diarrea descomunal que me ha durado hasta el domingo y que me ha dejado sin un gramo de fuerza. Además el estómago es como si hubiera encogido y en cuanto me metía dos bocados de cualquier cosa ya me sentía saciado.
Estos días con tanta pupita he entrenado a medias o, directamente, ni lo he hecho. Ayer ya me metí unos kilmetritos que me sentaron muy bien. Espero que esta semana pueda volver a la actividad sin ningún contratiempo.
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