Ayer se corría el campeonato de Madrid de veteranos. Era la última carrera que iba a hacer antes del parón vacacional y había elegido el 1.500 en primera instancia y luego el 5.000, por si quedaban fuerzas.
Pero las fuerzas me abandonaron muy muy prontito. Después de un calentamiento correcto, los estiramientos de rigor y los progresivos nos pusimos en carrera y cuando apenas llevábamos 100 m. me dió un cebollazo en el isquio que me tuve que retirar.
El dolor fue algo parecido a cuando te da un tirón en la cama, por fases, menos agudo, más agudo... y ahí me quedé. Creo que si hubiera seguido la cosa hubiera sido bastante más seria. Espero que sólo haya sido una contractura y que con el descanso de estos días la cosa se arregle.
Y, como he dicho, ahora a descansar 15 diítas y a partir del 7 de julio a pensar en los 42 de Zaragoza.
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