Entrenar en vacaciones, más mentalización que tiempo

Poder entrenar en vacaciones no es tanto cuestión de tiempo como de mentalización y de objetivos. Hablo, claro está, de un modelo de vacaciones relajado, las que muchos nos marcamos: sol y playa con alguna salida turística por la zona. Lógicamente esto no aplica al que se hace un crucero por el Báltico (qué ganas) o una ruta por el Egipto de los faraones (esa también me la debo :-))

Como digo, si tenemos unas vacaciones tranquilas y coinciden con la preparación para alguna cita importante, sacar ese tiempo necesario para hacer los deberes, no es tan difícil. Y lo mejor es que se puede hacer sin que la familia tenga la sensación de que también en vacaciones les estás robando tiempo.

Ejemplo, por la mañana. Cuando no se trabaja y uno está más descansado, levantarse 40 ó 50' minutos antes, hacerte tu rodajito y vuelta, te puede dejar a las 9 de la mañana ya duchadito y con todo el día por delante.

Otra opción, a la vuelta al hotel, apartamento o donde te alojes. ¿No se pueden sacar unos minutos mientras el resto se va duchando? ¿Cuántas veces no hacemos nada en ese rato y nos sentamos a tomarnos la cervecita de turno? Y como éstos, ratos hay de sobra, lo que pasa es que hay que saber encontrarlos. 

Lo que pasa es que la mayoría aprovechamos las vacaciones para hacer también el descanso atlético anual. Pero, como digo, si hay que entrenar durante estos días, se puede hacer. Incluso es posible que hasta nos cunda más, porque al estar más descansados, se asimila mejor.