Hoy están cayendo las primeras gotas sobre Madrid y la temperatura ha bajado de manera notable. Si a esto le sumamos que los días son sensiblemente más cortos (a las 9 ya es casi de noche), nos anuncian que el verano llega a su fin y el otoño llega, con lo que ello supone.
Eso si, conviene no guardar de golpe la ropa de verano, que todavía nos queda algo de calor que pasar. No olvidéis que a finales de septiembre siempre nos visita el veranillo de San Miguel.
De momento hoy nos hemos encontrado con un día casi perfecto para esto del correl. Buena temperatura, algo de lluvia pero que no llega a molestar (de hecho casi hasta se agradece, después de tanto calor como hemos pasado en verano), y el ambiente limpio.
Por mi parte he seguido con la misma filosofía que ayer, rodar suavecito, sin forzar para nada, y un par de paradas para estirar pero por simple precacuión. Y la cosa ha ido bien, el gemelo no ha piado. De hecho esta misma mañana me he encontrado con que estaba bajando las escaleras corriendo, un gesto habitual que hacemos de manera inconsciente.
Y cuando he sido consciente de ello me he dado cuenta de que, por un lado, no debería haberlo hecho porque todavía no estoy seguro de si estoy recuperado y, por otro, me ha supuesto un empujón de moral ya que no he encontrado rastro alguno de dolor.
Que siga la cosa igual.
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