Nada que comentar en esta semana que termina aparte de resaltar que la relajación ha sido la tónica dominante. Los tres días festivos (el martes la Almudena, fiesta en Madrid, y el fin de semana) no he hecho nada con lo que la semana se ha quedado en apenas tres días de carrera (14, 12 y 11 km) y uno de gimnasio.
Es lo normal después de tantas semanas de disciplina preparando el maratón. Ahora el alma pide relajación y los placeres terrenales, empezando por la cama, ganan a la disciplina atlética. No me pesa, a pesar de todo. Ya volverán los fines de semana de madrugar y el sacar los entrenamientos sea como sea.
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