Y de entrenamientos, qué si no, va el post de hoy. En concreto la cantidad y calidad de ellos durante el mes que hoy termina. Si nos ceñimos a lo atlético, el mes se ha saldado con 28 días de entrenamiento de los 31 que tiene octubre. Si nos vamos más allá de lo atlético, completaría los tres días de falta con una partida de airsoft y con dos días de largas caminatas por el campíviri.
El airsoft es un juego de estrategia militar. Suele consistir en dos bandos que tienen que cumplir una misión y para ello van equipados con réplicas de armas que disparan bolas de plástico. Sin ser un entrenamiento estrictamente atlético, la partida exige cuanto menos andar, si no correr, mucha carrera corta para ir de un parapeto a otro con el fin de no ser alcanzado por el bando rival. En una partida de 4 a 5 horas, que es la duración habitual, imaginaos la de carreritas que puede pegarse uno. Y de los paseos por el campo, pues fueron en el puente del Pilar en el que me fui al pueblo y no me llevé los trastos de matar. Pero en los dos días que estuve en la España profunda cayeron unos 25 km. de paseos.
En lo atlético, ha habido carrera y ha habido sesiones de gimnasio. Cuando toca gimnasio apenas si hago un trotecillo de 3 ó 4 kilómetros. Hasta el momento todos los he hecho fuera de la propia instalación, pero llegarán los días de mucho frío o mucha lluvia en que tendré que hacerlos en la rueda del hamster.
Y lo mejor de todo es que noto que voy asimilando el entrenamiento. Cuando escribo esto, 31 de octubre, llevo 18 días consecutivos saliendo a correr (con los matices que he mencionado) y lo mejor es que cada semana me noto que voy a más, tanto en lo que es cantidad como en la calidad. Como sabéis, prisa no tengo ninguna y por experiencia es la mejor manera de tomarse las cosas, que luego vienen las lesiones y vuelta e empezar.
Y para despedirme, ¿alguien se atreve a cantar Thriller en esta noche de Halloween?
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