Casi sin darnos cuenta se nos ha pasado septiembre y con él cualquier resto del verano, más tardío en lo que a vacaciones se refiere en mi caso. A pesar de todo el noveno mes del año me ha dejado tres semanas de entrenamiento de carrera siguiendo ya un plan de entrenamiento en los que poco a poco voy yendo a más.
Ya os he ido contando que los primeros días costaba lo suyo terminar el entrenamiento y que hacer volúmenes que uno se merienda casi sin despeinarse cuando está en plena forma costaba Dios y ayuda. Esto no es nuevo y la experiencia de muchos años hace que esta situación se conozca y sea más llevadera.
Lo bueno es que igual que se sabe que cuesta ir entrando en vereda, una vez que se entra la forma se va cogiendo de una manera progresiva, sin prisa pero sin pausa. No hay que dormirse en los laureles pero tampoco hay que tener más prisa que la justa. En realidad ninguna. Hay que ir paso a paso, subiendo los escalones de uno en uno pero sin dejar de subirlos. Así se irá cogiendo la forma poco a poco, se llegará lejos y con una muy buena base.
Así que eso es lo que toca este mes, seguir haciendo base, sin prisa pero sin pausa, acumulando entrenamientos cada vez más largos y más intensos, levantando algunos kilos en el gimnasio cuando toque y de momento sin pensar en nada que tenga que ver con carreras, competiciones ni nada que se le parezca.
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