Sin duda la noticia de que las 39.000 inscripciones para la San Silvestre Vallecana popular se agotaron en poco más de 24 horas ha sido una de las noticias más comentadas en lo que se refiere al mundillo del atletismo popular. Si a esos datos le añadimos que el precio por inscripción ha sido de 20 €, uno no puede por menos que sorprenderse de estas cifras.
Personalmente creo que la San Silvestre es una carrera que trasciende de lo deportivo. De hecho si me centrara sólo en este ámbito tendría que decir es una de las peores del calendario para hacer una buena carrera. Correr rodeado de miles y miles de corredores es difícil: te impide mantener un ritmo constante, tienes que ajustarte al ritmo de los que te preceden, tienes que ocupar tu sitio en la salida con demasiada antelación al inicio de la carrera, no puedes seguir una trayectoria durante la celebración de la prueba, etc. En fin, lo menos aconsejable para hacer una buena carrera a nivel deportivo.
Entonces, ¿por qué este éxito? Creo que la San Silvestre Vallecana se ha convertido en algo más que una carrera, ha pasado a ser una cita lúdico deportiva imprescindible el 31 de diciembre para todos los que de una manera u otra practican atletismo a lo largo del año. Es una manera de demostrar un way of life, que la gente practica atletismo, que le gusta participar en eventos deportivos más o menos multitudinarios. 20 € puede ser un precio muy alto si se trata de participar en una carrera popular de barrio o las organizadas por cualquier club, pero cuando se trata de una manifestación deportiva en la que dices que tú también corres y puedes revindicarlo junto a miles de personas que comparten afición contigo, ese precio puede ser incluso barato.
Además, a todo el que corre la San Silvestre, sus familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc. les van a preguntar durante los días de antes si la va a correr y en los días posteriores, que qué tal le fue la carrera. Eso hace que ese corredor pase de ser uno más a ser tu hermano, amigo, el del 4º o tu compañero de pupitre, el deportista, con todas las conotaciones positivas que eso tiene en estos tiempos en los que hacer deporte está de moda. Y eso, eso sí que no tiene precio.
Todo esto surgió a raíz de un email en el que Alfredo Varona me pedía mi opinión sobre el tema en cuestión. Lo que leéis aquí fue mi respuesta, y aquí podéis ver el artículo que ha resultado: ¿Pagarías 20 euros por correr 10 kilómetros?
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