Salimos una serie muy numerosa (bien agusto más de 15) con lo que me tocó correr con los galgos. Había hablado con Pedro de que él tirara hasta el 300, yo hasta el 600 y de ahí él solito hasta el final pero nada más salir me dí cuenta que los ritmos a los que se mueve la gente me resultan imposibles.
Así que a cola de pelotón adelanté a uno y me tocó hacer la carrera solo. El paso por el 400 lo hice cómo porque las piernas no daban para más. Esta segunda vuelta se hizo un poco más dura pero cuando me quise dar cuenta ya estaba afrontando la recta con Pedro como 10 m. por delante de mi.
Un 800 se hace demasiado rápido y cuando me quiero dar cuenta ya estoy en meta. Espero que, al menos, me sirva como buen entrenamiento para el 1.500.
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