Qué contar de El Retiro en otoño. Si ayer os contaba sobre la alfombra de hojas de adornan los caminos del bosque de Valdelatas hoy he tenido a mis pies eso mismo en El Retiro, montones de hojas que no acaban de caerse de los árboles por mor del cambio climático (o vete tu a saber por qué) y que nos hacen que el firme esté más blandito y que, por tanto, nuestras articulaciones sufran bastante menos.
Hoy, día de la Constitución y, por tanto, festivo, no hay zona hora y, por tanto, se puede aparcar sin problemas en los alrededores del parque, así que en vez de irnos al bosque de la casa de campo nos hemos ido al parque del Retiro. Allí nos hemos juntado Mario, Paco, Mora, Rafa, Alberto, Juan Carlos, Chuky, Goros y yo.
Lo primero ha sido una primera vuelta de reconocimiento al circuito de 5 km. La verdad es que sería incapaz de repetirla porque hay que ver la de vueltas y revueltas que tiene. Cuando pasábamos por delante del árbol que, por cierto, ya no existe porque, al parecer, no soportó uno de los úlitmos vendabales de Madrid y cayó, unos amiguetes de Mora dijeron: 'un 6.000'. Y allí que me paré con ellos mientras el resto seguía p'alante.
Tras unos progresivos y estiramientos nos hemos puesto al tema. Yo me he dedicado a observar en la 1ª vuelta e ir un poco al ritmo que me marcaban, ritmo que, por cierto, estaba por debajo de los 3.40. En la 2ª vuelta al circuito del 3.000 me sentido cómodo y un poco más allá de la mitad me he puesto a marcar el ritmo.
Cuando ha llegado una zona de subida (la que corre paralela a la calle Alcalá) he visto que había hecho unos metros de hueco. Ya he seguido hasta el final, o lo que yo creía que era el final, porque según me han dicho el final del 6.000 no está en el árbol sino como unos 100 m. más allá.
El caso es que después de una semana en la que no he podido hacer los deberes al menos me he hecho el r3, muy bien de sensaciones y que me da mucha confianza de cara a Aranjuez (domingo de la semana que viene).
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