martes, 18 de septiembre de 2012

Buen entrenamiento, mala noche

Atropellada de "Tratamiento del Insomnio"

Acostarse después de haber entrenado tarde y si además el entrenamiento ha sido de cierta intensidad puede significar pasar una mala noche, bien porque uno tarda en dormirse o porque se desvela a media noche y empieza a dar tantas vueltas que al final la contraria te da un toque de atención hasta que te acaba espetando eso de "o dejas de dar vueltas o te vas al sofá."

¿Razones? Muy fácil. Si se hace un ejercicio de alta intensidad, el ritmo cardíaco tarda en volver a sus niveles normales y eso es lo que impide dormir bien. Cuántas veces se lo hemos escuchado a los futbolistas que acaban el partido casi a la media noche y luego no pueden conciliar el sueño.

Pues a los corredores nos ocurre lo mismo. Cuando te haces un entrenamiento exigente, sobre todo el de series y si encima son lácticas, las probabilidades de pasar una mala noche son muy altas. Se puede decir que tienes todas las papeletas para que esto ocurra. El problema es que los horarios laborales que manejamos nos obligan a que la cosa sea así.

Y ayer al que le tocó fue a mí. El de ayer fue un entrenamiento de cierta exigencia. Me volví corriendo desde el trabajo hasta casa y en algunos tramos hice farlek aprovechando que me encontraba bien y que ya está bien de tanto trote cochienero. Hay que empezar a darse un poco de cera, que si no el cuerpo se acostumbra a lo cómodo y luego no hay quien lo mueva de ahí.

Lo que son las cosas, a nadie le gusta pasarse una noche en vela (o casi), pero en esta ocasión, siendo por la razón que ha sido, me ha importado un poco menos.


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