Pasó el feliz mes de agosto en el que los madrileños disfrutamos de verdad de nuestra ciudad. Apenas hay aglomeraciones ni atascos y esto me permitió poder ir y volver en bici al trabajo, pese a que la orografía de nuestra ciudad no ayuda demasiado. Por tanto, poca carrera hice durante ese mes.
Después de agosto me llegaron las vacaciones de verano que pude disfrutar en la playa de Cádiz. Como ya os he comentado, también poca carrera y, por contra, bastante natación tanto en las aguas del atlántico como en la piscina del hotel donde me llegué a hacer hasta 1 km. de una tacada pese a que apenas si medía 20 m.
Total, que como aquel que dice, entre unas cosas y otras me he tirado casi mes y medio en el que es verdad que he hecho bastante deporte, algunos días incluso en doble sesión, pero en los que he desgastado poca zapatilla. Es verdad que algunos días después de dejar la bici de vuelta del trabajo me hacía un algo corriendo, pero han sido los menos de los días y las distancias han sido cortas.
Pero después de las vacaciones ya hay que pensar en la vuelta al cole que para el caso de los corredores, supone meterse ya de lleno en la nueva temporada: objetivos, carreras, entrenamientos, quedadas matutinas o vespertinas para entrenar con el grupo (los que tenemos la suerte de entrenar a gente hacer y enviar los planes de entrenamiento...). Así que ya, nada de bici ni de piscina y a correr.
Pero el regreso no está siendo fácil. Correr más de 40 ó 50' me está costando todo un triunfo. Y el problema no es de patata. De hecho voy sobrado en ese sentido. El problema es más muscular o biomecánico, como que las piernas se negaran a seguir corriendo más allá de ese tiempo.
Qué cosas. Después de más de quince años corriendo se me estaba olvidando cómo se hace y yo que no me estaba dando ni cuenta.
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