Estamos dentro de la primera quincena de agosto y la verdad es que no podemos quejarnos de las temperaturas que estamos teniendo. El que esté de vacaciones con la intención de torrarse en la playa lo va a tener bastante complicado, sobre todo los que hayan optado por el norte. Prácticamente a diario nos llegan noticias de tormentas, riadas, granizadas...
Pero para los que nos quedamos en la ciudad y especialmente para los que estamos entrenando, no podemos pedir mejor tiempo. Es verdad que estamos en verano y que a poco que caliente nos ponemos en 30º y que esos son demasiados para el entrenamiento de fondo, pero no es menos cierto que lo normal es que estuviéramos rondando si no superando los cuarenta. Y esos 10 graditos de diferencia se notan y mucho.
Me atrevo a pronosticar que después de este fresco verano vamos a tener un cálido otoño. Veréis como en octubre y noviembre sudamos la gota gorda entrenando y cómo el pantalón y la camiseta corta van a ser la indumentaria más usada. A la mallas y las camisetas de manga larga les auguro mucho tiempo de espera en los cajones.
Sin duda condiciones ideales para entrenar el fondo, pero por encima de todo está el planeta y creo que queda más que demostrado que eso del cambio climático es una realidad.
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