Cómo somos las personas humanas. Viene un poco de frío, que es lo que tiene que venir un mes de febrero, y no hay otro tema de conversación. Incluso más de uno parece que entra en estado de hibernación y deja de hacer vida normal, no sale de casa más que lo justo, etc. etc.
Algo así me podía haber pasado ayer antes de ir a Palomeras a por el entrenamiento. Hacía frío del carajo y no apetecía ponerse de romano. Pero somos atletas y como tales las inclemencias meteorológicas no nos detienen. Así que con frío y todo me presenté en la pista a ver cómo sacaba el entrenamiento.
Lo prescrito eran 10 x 1.000 con 1' de recuperación. Mi adaptación consistiría en hacer el último 400 de cada serie. Y así fue. Como el martes, me puse con los del furgón de cola y fui haciendo los 400. Los primeros a ritmos de 4.10 y los 3 ó 4 últimos en ritmos ya de sub 4' el mil. Se quedaron en 9 por un error de cálculo del galgo y yo, como liebre, me adapté.
Lo mejor, otro entrenamiento a la buchaca, otro día en que se ha hecho completo, primando el terminar sobre el hacer menos pero más rápido. Fase de acumulación al fin y al cabo. Hasta aquí todo lo que se refiere al entrenamiento de ayer jueves.
Hoy viernes me he hecho una carrera continua suave de algo más de 5 km. por las aceras San Blas al sol mañanero. Un sol que no calienta, pero estamos en febrero y lo que toca ahora es que haga frío.
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