Si hablamos de las aplicaciones para los móviles las hay de todos los gustos y colores: las que nos planifican el entrenamiento, las que nos lo guardan como un diario y las que nos dan consejos extras tipo nutricionales o de buenos hábitos, etc. etc.
El principal problema que encuentro no se su uso, sino su variedad. Un corredor se engancha a esto del correr y se descarga su aplicación para hacer seguimiento a sus entrenamientos. Hasta aquí todo ok. salvo cuando pasa que se desecha esta primera app y nos instalamos una segunda. Se perdió nuestro histórico y no podremos hacer una estudio de cuánto hemos evolucionado en los últimos años.
Pero es que con los garmins y todo tipo de dispositivos basados en el GPS ocurre algo parecido. Con su uso el atleta lo cede todo a sus dictados hasta el punto de que nos se nos olvida cómo calcular cuánto hemos recorrido en el entrenamiento.
De toda la vida el entrenamiento largo se hacía en un circuito determinado y la comparativa venía por el tiempo invertido. Si el circuito mide 15 km. y lo he hecho en hora y cuarto el ritmo ha sido de 5' el km. Si del mes pasado he hecho el mismo circuito 5' más rápido es que voy progresando en el entrenamiento.
Pero cuando sólo me fío de mi dispositivo y éste empieza a medirme cada día una cosa acabo volviéndome loco, sin saber si he corrido a un ritmo o 10'' más lento y sobre todo perdiendo ese toquecito de conocimiento personal que me da el entrenar por sensaciones en el que el crono es una ayuda, no quien dirige el entrenamiento.
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