Primera cuestión. Un maratón se puede definir como carrera
pedestre de 42 km. y 195 m. Carrera se puede definir como acto de correr. Por
tanto aquellos que se plantan en la salida de un maratón diciendo que van a hacer
hasta corriendo hasta donde lleguen y el resto de la carrera la harán como
hacía Don Fernando, un ratito corriendo y otro andando, deben de tener claro
que cuando terminen no habrán hecho un maratón, habrán hecho otra cosa.
En muchas publicaciones podemos encontrar planes de
entrenamiento de x semanas que si los seguimos al pie de la letra nos van a
llevar a cruzar la meta del maratón, pero estos planes no suelen tener en
cuenta el histórico deportivo de quien lo va a poner en práctica. Lógicamente el
rendimiento no va a ser igual si lo coge un deportista que lleva jugando 10
años al fútbol en el equipo de su barrio que si el que lo hace es uno de tantos
españolitos que sale de casa, baja en el ascensor hasta el garaje, coge el
coche hasta el trabajo donde también tiene aparcamiento, de ahí a su mesa, todo
el día sentado y cuando termina la jornada, vuelta a casa.
También hay que tener en cuenta el sobrepeso. En todos los
maratones se ve muchísima gente muy muy entrada en kilos. Para estas personas
hacer 42 km. corriendo es cualquier cosa menos saludable. Si logran terminar la
carrera corriendo quizás paguen un elevado peaje en forma de lesiones, semanas
de recuperación por el exceso de destrucción muscular y otro tipo de lesiones.
Con la debida preparación todo el mundo es capaz de terminar
un maratón. Unos en 3 horas, otros en 4, otros en 5 y otros en 6. Por encima de
las 6 horas creo que ya se ha hecho una parte andando (sería hacer el kilómetro
a 8 minutos y medio) y como decía eso ya no es un maratón, es un “algo” de
42.195 m. Pero para empezar un plan de entrenamiento de maratón a veces es
necesario hacer una preparación que puede consistir en bajar peso, habituarse a
hacer deporte, etc. y esto puede suponer varios meses incluso algún año.
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