domingo, 27 de abril de 2003

Maratón. El objetivo de las tres horas.

Llegó el gran día. Afrontaba el objetivo principal de toda la temporada: el maratón y esperaba hacerlo en menos de tres horas. Todas las cuentas que hacía daban que iba a bajar ese tiempo de calle. De hecho yo estaba confiado en que lo lograría, incluso con algún margen. Estaba todo preparado. Mora, Pino (que corría dos semanas después de haber hecho Rotterdam), Fernando y yo lo teníamos todo hablado. En principio se nos había caido David, que nos iba a hacer de liebre hasta la media, donde nos esperarían Mario y Julio. Pero a última hora apareció David en la línea de salida. La verdad es que se nos hizo la luz.

La salida fue tranquila ya que nos pusimos alante. Una vez se dio el pistoletazo en tres o cuatro segundos ya estábamos corriendo sin agobios. En el km. 2 David se nos unió y tiró de nosotros hasta la media. Además de marcarnos un ritmo que no nos desfondara nos hacía de aguador, con lo que nos evitábamos los pequeños cambios de ritmo y los metros de más que suponen el ir a por la botella. David nos marcaba el ritmo de manera muy regular. Yo iba fresco como una lechuga pero sujetándome. Y así llegamos a la media donde Mario y Julio tomaron el relevo a David. Mario era el que llevaba la voz cantante. En esta segunda media el ritmo no fue tan constante. Hubo un km. en el que bajamos de 4', cuando en general todos los estábamos haciendo entre 4'05 y 4'15, dependiendo del perfil.

Nada más pasar la cacerolada, en torno al km. 30, sin querelo me fui. Cojí unos metros de distancia con Mora (en ese punto Pino y Fernando se habían quedado). Mario se vino conmigo y Julio y Silvestre (que se había unido a acompañarnos) se quedaron con Mora. Mario me llevó hasta casi el final de la casa de campo. Digo casi al final por que en un punto de ésta miré para atrás y vi que la distancia que les llevaba a Mora y cia era poca, por lo que esperé. Y así afrontamos los últimos 8 kms. Llegamos juntos al km. 35, justo antes del puente de Segovia y un par de kms. más allá, en Pleno puente de San Isido, km. 37 me quedé. No podía. No andaba, no tenía fuerzas para seguir. Lo bueno es que este año el muro me vino en el 37, cuando otros me había llegado en el 30 o poco más allá. Así que había que hacer lo que fuese por acabar.

Ahora fue Julio el que se quedó conmigo. De los 4'15'' pasé a hacer un km. en más de 5'. El objetivo de las 3 horas se esfumaba. En estos 5 últimos kms. iba haciendo cuentas de cuánto más podría perder. No me salían las cuentas. Intentaba apretar pero no iba, no podía correr, las piernas no me funcionaban, no respondían a mis órdenes. A pesar de todo hice un último esfuerzo en los dos últimos kms. y un esprint en los últimos 195 m. (me salieron en 47'') y pude cumplir mi objetivo. Según el reloj de meta (y la foto que me enviaron) hize 2h.59'57''. Al final el tiempo fue más justo. 2h.59'59''.

El valor de un segundo.