miércoles, 31 de diciembre de 2003

San Silvestre Internacional

Esta vez tenía acreditados los 37' que exigía la organización para entrar en la San Silvestre Internacional, así que, siguiendo los consejos de Mora me animé, a pesar de que es a las 8 de la tarde/noche y que uno llega un poco pillado a la cena de nochevieja.

El recorrido de esta versión internacional recorría Serrano, igual que el CSIC, hasta un poco más allá de la puerta de Alcalá; subía hasta Cibeles y de ahí cogía el paseo del Prado hasta el estadio del Rayo. Vamos, que casi 7 km. de bajada o de mucha bajada.

De ahí que de los 10 parciales 9 rondasen los 3.30'. Tan solo la subida a San Diego se fue a 3.54. El resto fue como hacer una serie de 10.000. La sensación de velocidad fue constante en los 10 km. Y, como comentaba Paco un par de dias después: fíjate si íbamos bien que adelantamos a Marquina (un clásico)

Pero lo mejor de esta carrera es el tramo de Vallecas. Para haceros una idea el ambiente es todavía mejor que el tramo de la Puerta del Sol del MAPOMA. Pero con una diferencia: aquí ya estamos en una carrera de 10 km. en la que no tienes que reservarte. En el tramo de Monte Igueldo y la subida a San Diego la gente sólo te deja un par de metros. Es algo así como lo que vemos en el Tour en los grandes puertos.

Impresionante, preciosa. Como carrera, la mejor que haya hecho nunca. Sólo lo he mejorado con el cruzar la meta de un maratón.

domingo, 7 de diciembre de 2003

Cross de la Constitución.

Pues sí, otro de los grandes. El cross de la constitución. El que todos los años sale en la tele. Para variar el día antes estuvo lloviendo y la misma mañana no dejó de hacerlo hasta unos minutos antes de que se diera el pistoletazo de salida. Total, circutio embarrado.

El recorrido consistía en una vuelta de un km y tres de 3 km. para un total de 10.450 m. Había tramos del recorrido que transcurrían por el cesped y, claro, con la lluvia caida y tras el paso de todas las categorías aquello era un lodazal. Era totalmente imposible correr al estilo Chiquito de la calzada (como acostumbro en los crosses). Como decía Pino: 'esto es un cross'. Los tramos de cesped estaban tan blandos que se metía el pie hasta más allá del tobillo. En el primer contacto Silvestre y yo no pudimos contener la risa. Parecíamos dos niños que se lo pasan como enanos jugando en el barro.

Anécdota curiosa aparte, estos tramos cargaban las piernas como no os podéis imaginar. Y, claro, correr, lo que se dice correr, casi era imposible en estos tramos. En el primero de ellos me hundí, lo que hizo que la primera vuelta fuese un calvario para mi y no pensase en otra cosa que abandonar. Pero me repuse (eso si, bajando el ritmo) y agüanté hasta el final. Ni que decir tiene que los anteriores crosses que he hecho han sido cosa de niñas comparado con este. Este si que endurece.

Como nota anecdótica, al final de la carrera unos cuantos nos metimos en un laguito que hay en el parque, con zapatillas y todo, para quitarnos un poco el barro. El agua estaba fresquita fresquita ;-)