viernes, 17 de junio de 2005

Semifinal del autonómico: 1.500

Se presentó una tarde calurosa, como no puede ser menos un 17 de junio, sin aire y, lo mejor, después de una siestecita. Vamos que, a priori, las condiciones eran las idóneas para hacer una buena carrera.

Tras el error estratégico de una semana atrás en Coslada (pasar el 400 demasiado rápido) el Mora me agenció una liebre que me llevara hasta el 800 en 2.15, o a 1.08 la vuelta. Ese ritmo es el que hay que seguir para los 4.15. Pero la cosa se torció y a Rafa, mi liebre, le pusieron en otra serie (a pesar de que pusimos el mismo tiempo). Al ser un autonómico separaron a la gente para hacer una clasificación de los 4 primeros de cada serie y los 4 mejores tiempos. Esto se tradujo en dos series muy desiguales.

Ya al paso por el 100 no pude estar con los de cabeza. A pesar de todo lo hice en 16'' (cuando el objetivo era estar en 17). De aquí a que la primera vuelta te aceleras va nada. Y así fue: 1.05 el paso por el 400. Claro, haybía que frenarse para el siguiente paso. Pero ya es difícil medir y se me fue a más de 1.10. Todo esto corriendo en tierra de nadie, con un grupo de 5 ó 6 por delante y luego unos cuantos desperdigados por toda la pista.

Total, que al toque de campana intenté acelerar pero ya no había más. Imagino que la primera vuelta tan rápida supone un suicidio que impide rendir a tope. Al final 4.20 y una sensación de lentitud y agarrotamiento... como si las piernas no dieran más de si...

Y el 5.000 de liebre a Paco
Pero quedaba la 2ª parte: hacerle de liebre a Paco en el 5.000, siempre que pudiera. Pues sorprendentemente me recuperé mu bien, así que cambién los clavos a las zapas, les puse unos romos, y salí con Paco. Nos tocó en la 2ª serie con Pino, Mario, Mora... vamos, que medio Páris.

Desde el primer momento puse un ritmo que se me hizo muy cómodo, pendiente constantemente de Paco que no se descolgaba. Los pasos más o menos iban cuadrand para su objetivo. Así fui hasta el 4.000, momento en el que no me apetecía seguir sufriendo más y, al trote, esperé a Pino que me alcanzó en meta. Así que le hice las dos últimas vueltas, yendo en paralelo a él para que no se durmiese.

Al final una fantástica serie de 5.000 en algo más de 18' y un día con sensaciones agridulces.

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