miércoles, 27 de diciembre de 2006

Se notan los excesos... y mucho

Llevo unos días que menos atleta parezco de todo. Desde el jueves, día en que hicimos la fiesta de la empresa no he parado, y no es de correr, precisamente, de lo que no he parado, sino de todo tipo de juergas: jueves por la noche la de la empresa, viernes por la noche con unos amigos, sábado desde el vermú hasta la cena con otros amigos, domingo comida de nochebuena y cena de nochebuena, lunes el botellón de los padres en la carretera de las bicis y cena en casa de otros amigos. He comido en exceso, he bebido en exceso y alguna cosilla más que mejor no contarla.

En todos estos días me he dedicado o a no correr o a hacerme unos trotecillos cochineros más o menos largos. Pero ayer tocaban series. Sobre la marcha decidimos hacer dos dosmiles más un mil en vez de 3000 + 2000 +1000. A pesar de todo, ¡qué cruz!

Empezamos el primer 2.000. Mario sin calentar y yo. A ritmo de 3.30 y no había manera de ir cómodo. ¡Qué manera de sufrir! Las piernas que ni p'atrás. A pesar de todo se hizo decentemente el 2.000. Segundo 2.000. Tres cuartos de lo mismo. Incluso dejamos algún segundillo más de recuperación. Último 1.000, después de dejar casi 2' a la estela de Mario y a 3.17.

Menos mal que ayer me metí esta caña p'al cuerpo porque si se me ocurre llegar a la San Silvestre sin haber estimulado al cuerpo con estas series no sé qué hubiera sido de mi. Ayer mismo hice el firme propósito de no tomarme ni una sola cerveza de aquí a la San Silvestre. Imagino que lo incumpliré, pero en ese caso lo que haré será tomármela sólo si el cuerpo me la pide.

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