lunes, 12 de marzo de 2007

Para regar el derby

Durante la semana habíamos hablado Jose, el padre de Nacho, y yo de hacer algo para ver a Ron al niño y compañía. Tengo que confesar que cuando me dijo lo de Ron al niño no lo cojí y pensé en su futura abuelidad, pero luego me lo explicó y aparte de decirme lo tonto que había sido por no cojerlo me descojoné.

El caso es que había propuesto algo de comida china pero Jose me llamó y me dijo que eso del chino como que no le convence mucho así que hablamos de ir al supercor, comprar unos ibéricos, unas cervecitas, vino... Y dicho y hecho: recogí a Miguel en el chiquisavio y nos fuimos p'allá los dos peques: Nacho y Miguel y los dos padres. Compramos un poquito de Jamón, chorizo, queso y lomo y p'a casa.

Y llegó la hora del partido. Que si lonchita por aquí, sorvito por allá, que si esto que si lo otro. Parece ser que el partido quedó 3-3, que fue un partidazo, que hubo hasta algún penalti y expulsados y todo. Yo miraba a mis vecinos del Madrid: el de arriba, el de abajo y de al lado (cenamos en su casa que está justo enfrente de la mía). Como no nos hicimos con las viandas hicimos una 2ª parte el domingo. Esta vez el plato principal fue un cordero regado con un Faustino VII.

Total, que tanto comercio y tanto bebercio me tuve que echar una siestecita y cuando me desperté me quedé en el sofá perreando porque el cuerpo no estaba para más. Cuando el cuerpo acabó de desperezarse me armé de valor y me bajé al parque a darme unas vueltas. Al final conseguí hacerme 14 kilómetros, 4 vueltas, bien es verdad que desde el principio me encontré con Jesús y estuvimos todo el rato de charleta, y así se hace más llevadero.

Objetivo desintoxicación, cumplido.

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