Nos enseñaban en religión que para hacer una buena confesión había que seguir no sé cuántos pasos. Y los dos últimos eran decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia.
Y precisamente hoy, un domingo, ha sido el día en que me he dedicado a cumplir la penitencia. ¿Cuál ha sido mi pecado? No hacer ná desde el jueves. Ese mismo día tuve que venirme corriendo a casa para estudiar un examen con Miguel. Dejé las series para el viernes.
El viernes, que tenía previsto ir a Vallehermoso a hacerme las series y luego acercarme a casa de Miguel con el que había quedado para cenar, tampoco pude ir a Vallehermoso porque me llamó el chispa y para la obra de la casa y tuve que acercarme. Y claro, no iba a dejar de ir a cenar y las posteriores copas, así que día en blanco.
Y el tercer día consecutivo sin hacer nada fue el sábado. Ayer era jornada de puertas abiertas en el cole de Miguel. Por la mañana había bocatas y sangría para los padres mientras los chavales se echaban sus partiditos. A pesar de que el cuerpo se acordaba de las copas del viernes y de que me quedé dormido en el sofá (y eso que me había duchado y todo) me apreté tres ó 4 sangrías mañaneras y una cervecita. Después de la siesta vuelta al cole a que Miguel recogiera las medalla por el partido y, claro, cervecitas con unas raciones a la vuelta. En mi descargo diré que al menos me hice unas pesas y unos abdominales.
El caso es que después de tanto escaqueo atlético me propuse doblar hoy para, al menos, sacar 5 sesiones en esta semana. Puse el despertador para hacer una primera carrerita por la mañana pero según ha sonado lo he apagado y me he dado media vuelta y he acabado saliendo a las 12 y pico, medio lloviendo y con una humedad bastante elevada. He seguido la ruta García Noblejas, Alcalá, Carretera de Vicálvaro, Avda. de Guadalajara y vuelta a García Noblejas, para completar 40' a buen ritmito.
Y después de una comida familiar en casa de la abuela, de pegarle cuatro achuchones a Alberto (mi sobrino), de echarme una siesta rápida de sofá y otra en mi cama he salido por la tarde al parque. Aquí me he encontrado con Jesús y nos hemos ido al campo de las naciones, nos hemos dado una vuelta al anillo y nos hemos vuelto. Esto más la vuelta al parque han supuesto una hora y 15', igual que por la mañana con muchísima humedad y esta vez más justo de fuerxzas.
Así que penitencia cumplida.
Y precisamente hoy, un domingo, ha sido el día en que me he dedicado a cumplir la penitencia. ¿Cuál ha sido mi pecado? No hacer ná desde el jueves. Ese mismo día tuve que venirme corriendo a casa para estudiar un examen con Miguel. Dejé las series para el viernes.
El viernes, que tenía previsto ir a Vallehermoso a hacerme las series y luego acercarme a casa de Miguel con el que había quedado para cenar, tampoco pude ir a Vallehermoso porque me llamó el chispa y para la obra de la casa y tuve que acercarme. Y claro, no iba a dejar de ir a cenar y las posteriores copas, así que día en blanco.
Y el tercer día consecutivo sin hacer nada fue el sábado. Ayer era jornada de puertas abiertas en el cole de Miguel. Por la mañana había bocatas y sangría para los padres mientras los chavales se echaban sus partiditos. A pesar de que el cuerpo se acordaba de las copas del viernes y de que me quedé dormido en el sofá (y eso que me había duchado y todo) me apreté tres ó 4 sangrías mañaneras y una cervecita. Después de la siesta vuelta al cole a que Miguel recogiera las medalla por el partido y, claro, cervecitas con unas raciones a la vuelta. En mi descargo diré que al menos me hice unas pesas y unos abdominales.
El caso es que después de tanto escaqueo atlético me propuse doblar hoy para, al menos, sacar 5 sesiones en esta semana. Puse el despertador para hacer una primera carrerita por la mañana pero según ha sonado lo he apagado y me he dado media vuelta y he acabado saliendo a las 12 y pico, medio lloviendo y con una humedad bastante elevada. He seguido la ruta García Noblejas, Alcalá, Carretera de Vicálvaro, Avda. de Guadalajara y vuelta a García Noblejas, para completar 40' a buen ritmito.
Y después de una comida familiar en casa de la abuela, de pegarle cuatro achuchones a Alberto (mi sobrino), de echarme una siesta rápida de sofá y otra en mi cama he salido por la tarde al parque. Aquí me he encontrado con Jesús y nos hemos ido al campo de las naciones, nos hemos dado una vuelta al anillo y nos hemos vuelto. Esto más la vuelta al parque han supuesto una hora y 15', igual que por la mañana con muchísima humedad y esta vez más justo de fuerxzas.
Así que penitencia cumplida.
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