domingo, 1 de julio de 2007

Turismo y gastronomía



Este fin de semana han empezado las fiestas de San Blas. La avda. de Arcentales, ese espacio que todos los domigos tomamos los peatones está tomado por todos los cachivaches de la feria: atracciones, tómbolas, chiringuitos, etc. etc.

Con este panorama se hace difícil no acercarse a dar una vuelta y, además, si eres de los que te gusta el colesterol, como es mi caso, es casi obligado sentarse una noche a comerse un poco de morcilla, panceta, chorizo, todo regado con unas cervezas.

Y así lo hicimos el sábado: ración de morcilla, ración de chorizo, ración de calamares y ración de panceta para los mayores, y un perrito, una hamburguesa y unos minis de patatas con nugets de pollo para los chavales. Éstos eran Nacho y Miguel y los mayores éramos Jose, Marisa y Mabel por un lado y Ana y yo por otro. Ni que decir tiene que ellas nos ayudaron con el comercio pero los que arrimamos el hombro de verdad fuimos Jose y yo.

Además de esto hoy domingo he tenido jornada gastronómico - cultural en Alcalá. Mi madre tenía que pasarse a ver sus negocios y le propuse llevarla y aprovechar para dar un paseo por la ciudad patrimonio de la humanidad y comer en algún sitio.

Así que allí nos hemos presentado Miguel, su abuela y yo. Nos hemos dado un paseíto por alguno de los lugares de interés cultural de Alcalá. Hemos paseado por la plaza de Cervantes, por los soportales de la calle mayor, eso antes del primer refrigerio: una cañita.

Después nos hemos pasado por la casa de Cervantes, la hemos visto sin prisa pero sin pausa y de ahí nos hemos ido a la magistral, a la plaza de San Felipe Neri donde hemos visto la iglesia restaurada, hemos dado un paseo por el exterior de la muralla pasando por la puerta de Madrid y de nuevo a la plaza de la magistral.

A partir de ahí a buscar un sitio para comer. Mi madre y yo estábamos pensando en un bar donde hemos comido alguna vez. Yo no lo he dicho pero allí he comido huevos al plato y eso era lo que iba a pedir, pero el sitio estaba en obras. Después de mirar en otro par de sitios hemos acabado comiendo en el patio alcalaino de la casa vieja. Allí por 60 €, hemos comido primero, segundo plato (yo no me lo he terminado) postre y café. Por supuesto me he apuntado el sito para volver algún día a por un chuletón, cochinillo o cordero. La pinta que tenían era de escándalo.

Además de todo esto este finde también he sacado un par de ratos para correr. El viernes improvisé 8 cienes en la pista del Suanzes, el sábado 3 trescientos en el parque y hoy 35 minutos al trote cochinero.

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