lunes, 15 de marzo de 2010

Si no nos lo creemos nosotros

Ayer se disputó la final del campeonato del mundo de 3.000 m. en pista cubierta en el que uno de los nuestros, Sergio Sánchez, se llevó la plata batiendo a toda la marea africana de keniatas y etíopes. Sólo pudo con el el americano ex keniata Bernard Lagat.

Ésta, que es una muy buena noticia para nuestro atletismo, no deja de estar empañado con la sombra de la duda. Seguro que más de uno habéis leido o habís comentado que cómo irá Sergio Sánchez para estar ahí, de tú a tú con los africanos.

Personalmentre creo eso que dice que "El doping no convierte a mulos en caballos" y por tanto todo el que llega hasta arriba lo hace, primero, porque ha entrenado de lo lindo y segundo, porque tiene unas cualidades genéticas excepcionales. No hay una sin la otra.

Y es precisamente el trabajo y, más en concreto, la acumulación de éste, el que marca la diferencia entre el atleta bueno y el de élite. Para llegar arriba hacen falta en torno a los 7 años de entrenamiento.

Si estos 7 años empiezan cuando se está en torno a los 20-21 para alcanzar el máximo rendimiento en torno a los 27-28 años, nos encontramos con la edad ideal para un corredor de 3.000 e incluso 5.000 metros.

¿Podemos pensar su éxito es el fruto de una planificación a largo plazo y del trabajo bien hecho en vez de creer que siempre que alguno llega hasta arriba es a base del uso de sustancias ilegales?

3 comentarios:

Trapatroles dijo...

Seguro que el español esta ahí arriba por méritos propios, aunque tras el caso de Paquillo, la opinión atlética está dividida.

Unknown dijo...

Lo que está claro es que para llegar ahí tienes que tener genética y trabajar duro, o al menos eso pienso yo.

Un abrazo

Quique dijo...

Yo creo que hasta que no se demuestre lo contrario...Ole sus huevos y el que pueda que le siga.

Pero es verdad que el tio va muy bien...

Un saludo
Quique