Compromisos vespertinos me van a impedir acercarme a Palomeras por la tarde con lo que hoy me he quedado sin hacer el entrenamiento de series. A cambio he improvisado un rodaje bastante largo para lo que acostumbro. De hecho debo de haber hecho más de 13 kilómetros y las sensaciones han sido de que voy ganando fondo y no me ha costado demasiado terminarlo. Incluso he apretado en el tramo final que he estirado más de lo que tenía pensado.
La mañana ha salido húmeda con chubascos dispersos por las calles de San Blas. Al mediodía ha caído un primer chaparrón que ha durando menos de cinco minutos pero que ha sido suficiente para dejar un ambiente fresco, limpio y con mucha humedad. A lo largo del entrenamiento han caído otro par de chaparroncillos que me han mojado pero que no me han llegado a calar. Eso sí, con tanta humedad y con las temperaturas primaverales que estamos teniendo en estas últimas semanas de invierno, la sudada ha sido de las buenas.
He cogido uno de los circuitos que tengo medidos y que transcurre en parte paralelo al carril bici en su tramo desde la Peineta hasta el centro comercial de las Rosas. Antes y después he callejeado por San Blas hasta completar la vuelta hasta mi calle regalándole algún segundo al crono en el último tramo que, como he comentado, he alargado algo más (poco) de lo que tenía previsto.
Me quedo con la parte positiva, el que cada vez que afronto distancias de más de 10 kilómetros, soy capaz de terminarlas y algunos días, como ha pasado hoy, me encuentro con ganas de darle alegría al cuerpo aunque luego la realidad, mi todavía lamentable estado de forma, me obliga a bajar el ritmo porque si no, no terminaría el entrenamiento.
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