viernes, 17 de noviembre de 2006

Fauna de gimnasio

Ayer tocaba gimnasio. Después de un día entero de curso y de un rato al final de la jornada peleándome con un programa me fui p'a casa, me calcé las zapas y me bajé al GYM. Lo primero que veo nada más entrar en el vestuario es a dos o tres maromos mirándose en el espejo lo muy cachas que están. A esta gente la llamo yo fauna de gimnasio. Son los típicos que están mirándose en el espejo mientras hacen los ejercicios, que cada vez que pasan tensan un bíceps o cualquier otro músculo para gustarse y cosas así. En fin, algo anecdótico pero curioso.

El caso es que aunque bajé tarde (más allá de las 8) había más gente de la que pensaba encontrarme. De todas maneras tengo suerte porque los aparatos de piernas, que son los que uso, casi siempre están libres, con lo que si no es uno es otro y apenas hay que esperar tiempo. Me hice un recorrido con isquios, cuádriceps, prensa, gemelos, luego abdominales y para terminar adductores (los de dentro) y abductores (los de fuera) aunque estos últimos no los terminé. Vi que no estaba el horno para bollos y recogí y me fui.

La vuelta a casa la hice cerrando un recorrido de unos 6 kilómetros y pico lo que junto al kilómetro y pico que hay hasta el GYM da unos 8 kilometritos de rodaje suave. Destacar que en el tramo final, bajada y subida por la avda. de Arcentales, la oscuridad era total, todas las farolas estaban apagadas. Me llamó la atención como cuando me crucé con una tía ésta iba con el paraguas como si fuera un garrote, y un poco más abajo casi me choco con un corredor que subía. En fin, estas cosas que pasan en el Madrid del siglo XXI.

Espero que esto se haya arreglado para hoy porque si no no sé cómo vamos a hacer el rodaje por Arcentales: entre las obras y ahora que nos quitan la luz...

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