Ayer tocaba el último día de entrenamiento serio antes de la San Silvestre. Hoy,  viernes, descanso en lo atlético y en lo bloguero y mañana sólo un rodajito pre  competición. Desde la mañana del sábado hasta la tarde del domingo hay un día de  descanso encubierto.
Enseguida me encontré con la gente del Edward que  estaban haciendo el largo (hasta 2 h. 10' se marcaron algunos). Según pasaban  las vueltas unos se fueron uniendo, otros se fueron cayendo. En un momento dado  me preguntó Pedro que a cuánto iríamos. Yo le dije que como a 16.30 la vuelta,  es decir, entre 4.30, 4.40 el km. Yo la verdad es que iba muy cómodo,  frenándome, porque no quería meterme más caña. Él en cambio pensaba que íbamos  más deprisa. No sé realmente a cuánto íbamos pero es probable que los kilómetros  le pesaran más de la cuenta.
Al final completé 15 kilometritos y, la  verdad, podía haber hecho más ya que estaba muy muy descansado, pero no se puede  pretender hacer kilómetros de cara al maratón y, por otro lado, llegar  descansado a la San Silvestre, y como ahora estoy en esto último pues lo dejé en  la niña bonita. Luego cenita sana. También eché el freno en lo de beber algo que  no fuera agua y es que tanto exceso, tanto sarao y tanto todo...
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