miércoles, 19 de septiembre de 2007

Eso de la gimnasia

Recuerdo que cuando empecé en el Páris, temporada 2.002 - 2.003, había una cosa que llamaban gimnasia y que consistía en hacer una inmensa variedad de saltitos, unos en vertical otros en horizontal, unos moviendo las manos adelante, otros atrás. Yo, inculto de mi, pensaba: ¿Pero qué es esto? Yo creía que aquí se venía a correr y resulta que me tienen dando saltitos que, además, cansan un montón y no se puede ni charlar con los compañeros.

Algunos días la cosa se completaba con gradas. Era tan fácil como cogerse una cantidad de escaleras (en la Peineta creo que teníamos unas 30 seguidas, que es el equivalente a 2 pisos) y había que subirlas dando saltitos: con los dos pies, a la pata coja con cada uno de ellos, en paralelo con la parte de fuera y con la de dentro...

Los días siguientes a estas sesiones aparecían unas agujetas en sitios de lo más insospechados. Es lo que llamamos pretemporada. Cuando hace este tipo de ejercicios se está trabajando la fuerza, se intenta recuperar algo de la musculatura que nos hemos dejado en la cantidad de kilómetros que hacemos a lo largo del año. Se trata, en suma, de preparar las piernas para afrontar una nueva temporada de tiradas largas, series, kilómetros a ritmos altos...

Pues resulta que el lunes nos tocó hacer la dichosa gimnasia. En las próximas seis semanas haremos 2 días de gimnasia y uno de cuestas para ir acondicionándonos de cara a lo que nos espera. Y como no podía ser menos, las agujetas han hecho acto de presencia, pero como es parte del juego no queda más remedio que convivir con ellas y esperar que con las sucesivas sesiones vayan a menos.

Hasta entonces cada vez que me levanto y me duele alguno de esos músculos que creía que no existían no puedo por menos que acordarme de quien me mandó hacer la gimnasia...

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