viernes, 11 de enero de 2008

Empatía



Ayer me tocaban 10 kilómetros de los fuertecillos. Apenas habían pasado 24 horas de las series cuando me presenté de nuevo en el parque de Arcentales para hacer un esfuerzo similar: si el miércoles fueron 6 x 1.500 el jueves era un 10.000 que al final fueron tres vueltas al parque (+/- 3.500 por vuelta).

A las horas a las que salí, 8 de la tarde, huelga decir que no quedaba allí ni el anotador. El único que quedaba por allí era Jesús Espetón que con los horarios que se trae bastante hace con tener ganas para salir. Además algunos días hasta entrena y todo, porque estamos de acuerdo en que no es lo mismo correr que entrenar.

El caso es que ayer me crucé con el cuando estaba en mi primera vuelta. Yo iba sin resuello así que no le pude ni saludar. Cuando terminaba mi primera vuelta me lo volví a encontrar y se enganchó conmigo. Me doy una vueltecita rápida y, además, te echo una mano. Ni que decir tiene que lo agradecí enormemente.

En un momento dado le comenté que le entendía cuando había tomado la decisión de dejar de entrenar duro, de seguir un plan de entrenamiento, de marcarse unos objetivos y hacer esto sólo por apetencia. Claro, eso se lo dije cuando estaba en pleno esfuerzo y jodido. Sé que yo cuando pasen unos años haré lo mismo pero, de momento, me supone más la satisfacción de conseguir unos objetivos que el esfuerzo que supone.

Al final me hice las tres vueltecitas:
13.14
13.08
13.07

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