martes, 1 de noviembre de 2011

No te creas que es que no te hablo

Estas últimas semanas estoy bajando con más frecuencia de la habitual al parque de Arcentales a rodar con el personal o a hacer lo que tengan. Con más frecuencia de lo habitual para mi significa 1 ó 2 veces cuando lo normal es que me tire 2 ó 3 semanas sin dar señales de vida. Pero si se puede, no dejo pasar la oportunidad.

Los beneficios de rodar en grupo ya los he mencionado muchas veces y no voy a volver ahora sobre ello. Simplemente voy a decir que para los que tenemos que buscarnos la vida por nuestra cuenta, contar con el grupo es una bendición.

Lo que pasa a veces es que el grupo es tan numeroso que aunque se vaya de charleta no se puede apenas ni saludar a mucha gente. Hay veces que llegas, te encuentras con 2 y te unes a ellos, luego a "nosotros tres" se unen otros dos que se han juntado y así se va haciendo grupo.

Muchas veces pasa que estás enfrascado en la conversación y llega uno de los rezagados (que podría ser perfectamente yo) y o ni te das cuenta de que ha llegado o apenas le das un buenos días/ buenas tardes como respuesta a su saludo y sigues charlando con los que estabas. Y cuando te quieres dar cuenta o te tienes que ir tu o el otro se ha ido y no has cruzado ni palabra con ése rezagado cuando si ruedas con él un día en solitario arreglas el mundo hasta tres veces.

Lo dicho, no es que no te hable, es que no hemos coincidido.